25 de abril de 2014

En algún lugar del Sur, 25 de abril de 2014

Hola Silvia, 

Cada día me siento mejor, más contenta, he encontrado en mis compañeras del taller de teatro una segunda familia, son muy buenas conmigo y gracias a ellas, el vivir aquí no se hace tan difícil ni tan duro. 

Mi relación con mi ex es prácticamente inexistente, por su cuenta no es capaz de mandarme  ni un mensaje, cosa que a veces agradezco y otras veces odio, y yo que sí le he mandado algún que otro mensaje, pues he recibido o la indiferencia o un mensaje de contestación como si fuera su prima del pueblo a la que no ha visto desde que era pequeño....lo cual también a veces agradezco y otras veces pues me pone triste, para qué engañarnos.
Pero que me da igual! o por lo menos, lo intento. 
Este finde son las fiestas de las Capitulaciones en el pueblo y hacen un mercadillo medieval y la niña y yo nos hemos comprado un vestido y vamos a pasarnos el día en la calle! además,  una de las compañeras de teatro también es muy "callejera" y vamos a estar juntas.
Mira, esa es una de las cosas que agradezco de estar soltera porque llevo creo que 3 mercados medievales viviendo aquí y ninguno lo he disfrutado y sin embargo cuando vivía en madrid, Azu y yo nos hacíamos 60 km sólo para poder pasar el día en el de El Álamo y sin embargo teniéndolo a la vuelta de la esquina, siempre había algo que me impedía ir. 

Últimamente le doy vueltas a la idea de que creo que mis relaciones no salen bien entre otras razones, porque me anulan. No que las personas me anulen, soy yo la que se anula. Me hipoteco. Hipoteco mi forma de ser, mi personalidad, mis gustos, mis preferencias....por la otra persona, por que todo vaya bien, por ser la mujer perfecta, la que les hace felices, su perfecta mitad. 
Si así fuera, es un gran error, como la vida me está demostrando. Si dijera todo esto en público, enseguida la gente empezaría a decir que no dejo de flagelarme, de ser autodestructiva, pero por enésima vez, diría que no. Esto se llama introspección, no? conocerse a uno mismo y analizar lo que te gusta y lo que no. 
El caso es que ahora que estoy sola, sin interferencias, veo que me gusta mi forma de ser cuando estoy sola. Siento menos presión moral y me siento más libre.
Aunque parezca mentira, necesito menos de la aprobación popular y cuando no soy lo amable que suelo ser, o cuando dejo que alguien crea algo erróneamente, no me siento culpable!
¿Sabes a lo que estoy aprendiendo? a aceptar. 

Esta situación, esta época que estoy viviendo ahora me está gustando mucho. Me recuerda a mi época en Irún. Ahora me estoy volviendo a conocer y es sorprendente lo diferente que me encuentro! Cosas que hace 10 años o menos! me hubieran molestado o no hubiera admitido, ahora me dan igual.
Siento un poco de miedo porque cuando mejor estoy voy y me enamoro, y vuelvo a perderme en la personalidad de la otra persona y la verdad es que aunque a veces eche de menos tener a alguien a mi lado, ahora mismo no me apetece ni pizca tener "obligaciones" con nadie. 
Nunca he entendido por qué la gente decía que cuando tenías pareja se acababa lo bueno, ya que cuando he estado emparejada, he creído ser feliz, al menos, me he sentido bien y he tenido las mismas o más ganas de salir en pareja, de hacer cosas o planes juntos. Y sin embargo, nunca lo había hecho hasta hace poco. Aunque ahora que lo pienso....tampoco es del todo real porque siempre hacíamos planes con los niños, no solos. Al menos él. Creo que en 2 ocasiones organizó algo para nosotros solos. Bueno, no importa. A lo que iba, que ahora entiendo la gente que dice que cuando estás en pareja se acaba lo bueno, por lo menos lo entiendo en la parte que corresponde a la parte sentimental, y yo no quiero que se me acabe lo bueno.
La "discusión" con Dani me ha hecho darme cuenta de que no tengo ganas ni paciencia ahora mismo para intentar hacer entender a otra persona nada. Si piensas algo sobre mi y no vienes con la mente abierta a que te lo explique sino que vienes con la mente cerrada a hacerme sentir mal por actuar o sentir o pensar de esa manera, ya te puedes ir dando la vuelta y volver por donde viniste.

El otro día, igual. Un tío me entró por una página de contactos. Le contesté irónicamente y lo entendió mal. Me apeteció explicárselo, reconocí que si no me conoces no puedes saber en qué momentos estoy hablando en serio y en qué momentos irónica y que me diera otra oportunidad para tener una primera impresión por su parte. Ahí apareció un poco la maripili de antes, la que necesita aprobación. Él dijo que sí, que estaría encantado de que yo volviera a presentarme. En esa noche cruzamos 4 ó 5 mails, los primeros y únicos. En un momento dado de la "conversación" volví a hacer una broma que él volvió a entender mal y de nuevo, en lugar de preguntarme antes de juzgar, me envió un email grosero e insultante que terminó con un "ya te conozco, maripili, y no me gustas. Que tengas suerte". Y contesté "vale Angel, suerte para ti también". Eso debió enfadarle o picarle o vaya usted a saber y aún me envió otros 3 mails más diciéndome groserías y borderías y llamándome de todo menos guapa. Y me dio igual. Tan sólo conseguió que me riera de su estupidez. 
En otro momento de mi vida, me hubiera desvivido por conseguir convencerle de que era broma, que soy adorable, que la culpa era mía....pero ahora no. Ahora tan sólo lo miré desde la grada. Permanecí impasible ante sus etiquetas estúpidas, ante su necedad. ¿Qué más da si ese desconocido piensa que soy idiota? por cada estúpido desconocido que piensa que soy idiota, hay otras 3 personas realmente importantes en mi vida que piensan que no soy idiota, y lo que ellos piensen sí me importa.

Jo.....en parte me da lástima porque creo que esto que me está pasando ahora se llama "madurar" y ello conlleva dejar de ser tan pasional porque la cabeza empezará a mandar sobre el corazón. Y ya estoy haciendo lo que siempre me recrimina Adela que es adelantar los acontecimientos. 

Bueno, te voy a dejar, que debería trabajar un poco, que luego me quejo de que se me acumulan las cosas por hacer....

Te recuerdo,
Maripili

21 de enero de 2014

En algún lugar del sur, 21 de enero de 2014

Hola Silvia,
Sabes qué? que yo también estoy siendo capaz de vivir sin sus besos y sin sus caricias y sin él.
Que me cuesta? por supuesto! pero salvo en determinados momentos, no lo llevo tan mal.
Me jode que me esté costando tanto pero bueno, necesito aprender a tener paciencia y que las cosas no se pueden conseguir de un día para otro, verdad? pues eso, que día a día irá pasando.
Hay días buenísimos, joder! días en los que siento que hasta me molestaría!
Ahora disfruto de mis amigos sin pensar en más allá. No me siento una infiel por mantener conversaciones con hombres, por coquetear o por tomarme un café. Tan sólo tengo que pensar en si me apetece o no, el resto no importa. Hablo de lo que quiero cuando quiero. Veo en la tele lo que quiero cuando quiero. No me agobio si paso un fin de semana entero en casa o no, de hecho, hace muuuuucho que no me quedo un finde en casa sin salir. Tengo a mi alumno preferido, quien viene cuando quiere y se va cuando nos apetece. No tengo que sentirme mal porque estoy de mal humor o intransigente o lo que sea, puedo mostrarme tal y como me siento. No tengo que aguantar quejas, siempre las mismas, ni lamentos ni miserias, tan sólo las mías. Ya no friego ni limpio, me lo hacen todo. Y no me siento mal por "malgastar" mi dinero en mi ni me siento gilipollas por malgastar mi dinero en otra persona que encima ni lo valora ni lo hace valorar a los demás.
Las cosas cuesta mucho conseguirlas, el tiempo es de jodido oro y ahora lo invierto en lo que me apetece. Intento no tener grandes aspiraciones para no sufrir grandes frustraciones y me "enfrento" al fin de semana sin importar si es con o sin, sin estar maquinando desde una semana antes, sin pararme a nada! hago y hago y disfruto y disfruto porque me apetece igualmente salir de copas y quemar madrid que quedarme en casa charlando con un amigo, porque si viene alguien sin avisar, se quedan a merendar, o a cenar o a lo que se tercie, sin agobios, sin extraordinarios.
Lo habré hecho mal con Almudena (eso dependiendo de a quién preguntes), pero es un lujazo sacarla de casa, no temo porque me haga quedar en ridículo o mal. Todo el mundo tiene que decirme lo bien educada que está mi hija. Lo que pase dentro de casa, ya se lavará dentro, pero al menos sé que puedo confiar en ella porque allá donde vaya, quedaremos en buen lugar. Me siento muy orgullosa.

Seguiré echándole de menos, seguiré anhelando sus caricias, pero llegará el momento en que no sólo sean las suyas las que añore, añoraré todas las caricias pasadas y sobretodo las futuras.

Te recuerdo
La Maripili

15 de enero de 2014

En algún lugar del sur, 15 de enero de 2014

Hola Silvia,

Hoy te escribo para desahogarme, para soltarme la faja, para ser yo aunque sea por escrito. Con la esperanza de que ese que tú y yo sabemos no me lea o al menos, siga siendo tan educado como hasta ahora y no reconozca leerme, me voy a liberar, como dice la canción de alejandro sanz, como cuando nadie me ve.

Estaba bien, sabes? estaba de puta madre hasta que dejé de estarlo.
Estoy hasta los huevos de tener que currar cada día el puto pensamiento positivo, de buscarme trucos mentales para frenar un pensamiento negativo, de tener que hacer esfuerzos para no ver sus fotos o leer su blog o ver su perfil en facebook, porque me canso de luchar contra mi corazón y mis ganas cada minuto de cada día.
Me jode que no me necesite, me jode que sea capaz de vivir sin mis besos, sin mis caricias, sin mis cuidados. Me toca mucho las pelotas que no tenga una necesidad imperiosa de contarme sus buenas noticias y sus malas. Me jode que no me eche de menos lo suficiente como para querer volver conmigo.
Me jode que el hecho de saber que no tiene capacidad suficiente como para luchar por tener una relación conmigo, no sea suficiente para desenamorarme.
Lucho cada día contra el miedo a no ser capaz de encontrar en la vida a otro hombre que haga cosas por mi, que me demuestre cuánto me quiere sin miedo como hacía él.
No entiendo cómo puede vivir sin que el recuerdo de nuestros encuentros sexuales le coma por dentro.
Me jode que no haya revuelto roma con santiago para venir a casa a recoger la puta bombona de butano y que sirviera como excusa para verme otra vez.
Sí me alivia, y que Dios me perdone, que el siguiente ataque de ansiedad le haya dado sin estar yo en su vida, así puedo quitarme de encima la losa de pensar que el anterior le dio por la "mala vida" que yo le daba.
No consigo remontar del todo. Estoy acostumbrada a huir, quiero irme de este puto pueblo que huele a él, pero no tengo los huevos suficientes para hacerlo de nuevo.
Dice que no consigue olvidar lo malo, porque lo malo fue muy malo y que por eso no puede o quiere volver conmigo.....¿todo lo malo? en ocasiones creo que no vivimos la misma historia de amor, porque por más que yo intento recordar, lo malo tan sólo se resume en una cosa y aunque sea malo, no creo que sea insalvable.
Me jode que tan sólo me eche de menos cuando está mal. Ya ocurrió una vez, cuando no le dieron permiso para subir a poner sus fotos en la expo y de nuevo cuando no ha podido ir a recogerlas. ¿Es que tan sólo soy digna de recordarme en los malos momentos? ¿no soy digna de que se acuerde en los buenos, cuando está fuerte?

Ayer en "bienvenidos al Lolita", una madre le decía a su hija que el amor verdadero no hace sufrir, porque si sufre se muere y si se aleja, se vuelve loco" debe ser que entonces yo nunca fui su amor verdadero o él nunca fue el mío pero ahora, hoy a las 11h08 no soy capaz de salir de este puto bucle de tristeza y pena absoluta.

No le hables a nadie de esta carta, vale? porque siempre negaré haberla escrito.

Te recuerdo,
La Maripili

4 de noviembre de 2013

En algún lugar del sur, 04 de noviembre de 2013

Hola Silvia,

La verdad es que no sé muy bien sobre qué escribir, creo que tan sólo necesito desahogarme un poco.
Le he pedido a mi ex pareja que intentemos iniciar otro tipo de relación. Él me ha dicho que se lo tiene que pensar.
Por un lado, con tal de conseguir volver con él, esperaré pero por otro lado....precisamente esa es una de las razones por las que quise dejarlo.
Durante mucho tiempo no he querido ver la realidad. Me dejó tan destrozada que me dejara, que inmediatamente lo ensalcé pensando que él era perfecto y que era yo la única que se había cargado la relación. En realidad, en lo más profundo de mi alma, yo sabía que no era 100% responsable de lo ocurrido pero no estaba preparada para ver la verdad. El auto engañarme me llevó a querer mejorar y a curarme por mi misma, por mi salud, no por intentar recuperarle.
Ahora, con el paso del tiempo, empiezo a "acordarme" de las razones que me apartaban a mi de él.
Soy una persona más o menos resolutiva que suele tener claras sus prioridades. Equivocadas o no, como cuando deseaba por encima de todo quedarme embarazada de mi marido, siempre las he tenido claras.
Él no, él no suele tener las ideas tan claras o al menos, no en lo que respecta a mi o a nuestra relación. Cuando cortamos me dijo que quizá no estaba preparado para tener una relación porque no la necesitaba, que si la tenía, perfecto, pero que no la buscaba.
Quizá el problema no es que no esté preparado, es que realmente no la necesita.
De una forma u otra, agradecería que tomara una decisión ya que yo sola no puedo desengancharme.

Recuerdo que cuando lo dejé con Míguel, seguía comprándole ropa o regalitos como cuando estábamos juntos. En esta ocasión, mi ropa interior no está elegida al azar, no tiro las braguitas usadas por si acaso volvemos y quiere destrozarlas él como en otras ocasiones, o la última, me he comprado un corpiño que simula cuero porque comentó que estaría guay hacer una sesión de fotos de una pava vestida de dominatrix.

Hay cosas que me encabronan como por ejemplo que durante los meses que vivimos juntos, estaba casi siempre cansado por el curro o con un dolor horroroso en las piernas. Él no me decía que le apetecía quedarse en casa, pero yo siempre prefería eso, prefería que descansara, que se recuperara, que estuviera bien para cumplir con sus obligaciones como el trabajo o sus hijos, a salir conmigo. Sobre las 11 ya se quedaba dormido. Ahora no. Ahora imagino que llevará mejor el trasnochar.
Quiero agarrarme a esas cosas para que después me sea más fácil cortar el cordón, aunque bien sabe Dios que sueño cada día con que eso no sea necesario.

A veces el pasado te golpea.
Este sábado he pasado un par de horas muy agradables con mi ex marido.
El pobre tiene una pinta de enfermo que no se la quita nadie. Vino muy guapo con unos vaqueros y una camisa que yo le ayudé a elegir en su día. Estuvo de muy buen humor, haciendo bromas, disfrutando con la enana y haciéndome recordar pequeños chistes o bromas que nos hacíamos contínuamente antes de que el desamor nos separara.
Por desgracia, su sonrisa no alcanzaba a sus ojos.
No sentí amor, pero sí sentí compasión.
Él en una ocasión me dijo que si no era conmigo, no sería con nadie. Que con nuestra relación pasaría el último tren para él. Que se encontraba cansado y sentía que ya no le quedaba nada por dar. Siempre me pareció tan bonito como siniestro. Cargar ese peso sobre mis hombros nunca me pareció justo.
Ahora lo veo distinto. Me da pena. Él tiene una relación, de hecho, ya la tenía cuando nos divorciamos, igual que yo, pero él no se da. No vive, no se entrega. Quizá eso es para lo único que está preparado, quizá aunque a mi me parezca insuficiente, para él es más de lo que se le puede pedir.
Me explicó que él nunca quiso dejar de ver a la niña. Yo le expliqué que una vez me dijo que intentara no llamarle tanto porque aunque nuestra ruptura la tenía más que superada, ver a la niña o hablar con ella se le volvía un mundo. Llegamos al acuerdo de que había sido todo un mal entendido.
Francamente, no lo creo. Símplemente creo que es el tiempo que él ha tardado en cerrar las heridas. Pero no discutí. Le sonreí y le dije que lamentaba el tiempo perdido entre la niña y él por esos malos entendidos y que esperaba que a partir de ahora llamara cuando quisiera y que por mi parte, le avisaría cada vez que fuéramos a Madrid.

Ha sido un fin de semana muy intenso. He disfrutado de la fuerza de mi amiga la rubia, he levantado el ánimo a Azu, he llorado con ella, la he apoyado en su lucha contra el maltrato, he vuelto a disfrutar de los cumplidos de mi madre, de sus ánimos, de su orgullo al verme. Y he sido capaz de elegir con quién quería estar. De nuevo vuelvo a sentirme con fuerzas para decir "no" a los compromisos.

Todo el mundo me dice que no me cierre a las oportunidades. Imagino que se refieren a tener las puertas abiertas a conocer a alguien. No tengo ganas. No tengo mucho que ofrecer y no me apetece ni puedo regalarlo, debo quedármelo yo para seguir sintiéndome fuerte. Si él al final decide volver, no sé muy bien ni qué le ofreceré ni en qué condiciones. Quizá tenga que ser él quien me ayude, quizá por primera vez necesite ayuda, necesite apoyarme en otra persona. Tampoco sé si él estará dispuesto.
Yo también tengo dudas. Yo tampoco sé cómo saldrá. No sé si esa nueva relación durará para siempre o tan sólo un par de días pero tengo claro que si estamos juntos será mejor.
Y mientras...mientras aceptaré que venga mi madre más amenudo, al menos, tendré tiempo libre para poder salir y aprovechar esas oportunidades que según dice la gente, me están esperando ahí afuera.

Te recuerdo, un beso
La Maripili

7 de octubre de 2013

En algún lugar del sur, 7 de octubre de 2013

Hola Silvia,
Tan sólo he tenido que esperar pacientemente casi 39 años pero por fin lo ha dicho.
Como no podía ser de otra forma, tiene que ver con mi madre. Ya sabes la relación tan "estrecha" que nos ha unido siempre. Ya sabes que en parte mi forma de ser tiene que ver con como me han educado y como me he sentido ante eso.
Siempre he sentido que era una "hija de sustitución", es decir, que yo vine este mundo para sustituir el papel de otro hijo. La historia podría ser más romántica, como en el cine, haber sido manipulada para tener unos genes X y ser la salvadora de mi hermana moribunda de un cáncer incurable, pero no. Mi historia siempre es .....distinta. Yo vine al mundo para que mi madre se sintiera realizada como tal, ya que con mi hermana nunca pudo ser madre pues al tener un retraso, tuvo que cuidarla perdiendose los primeros pasos, las primeras palabras......jo! No consigo engañarme ni a mi misma!!!!!! Mi madre es tan egoísta que me tuvo a mi para asegurarse de tener a un hijo que hiciera lo que ella nunca pudo, que trabajara de lo que ella nunca valió, que tuviera mucho dinero, se casara con un príncipe, y tuviera unos hijos preciosos (a poder ser la parejita) dentro de un feliz matrimonio en el país del algodón de azúcar. Una hija con la que poder dar envidia, una hija a la que poder sacar a la calle y sentirse orgullosa.
Pues se jode! Qué me tuvo a mi!
Nunca he sido lo suficiente, nunca he estado a la altura, o al menos, así es como me hacia sentir, hasta ayer.
Vale, no te engañaré, sigo sintiéndome así porque 38años no se borran con tan sólo unas palabras pero al menos, por fin mi madre me ha dicho que se siente orgullosa.
Fue ayer. Dice que me ve muy bien después de mi ruptura, que me ve feliz, con mejor cara, sin ojeras, más serena y tranquila. Imagino que tiene razón, aunque no sea la representación de la felicidad en la tierra, he de admitir que la vida que llevaba no era fácil. Al menos, la vida que me estaba obligando a llevar por no saber ser de otra forma. Ahora, y como dice el refrán, "ojos que no ven, hostión que te metes" .
El caso es que por fin mi madre se siente orgullosa. Dice que he tenido una vida más complicada que ella (increíble! Alguien que la gane en algo, aunque sea en miserias) y que he sido mucho más valiente que ella enfrentandome a esa vida de adversidades.
Que no entiende como alguien con mi currículum (me dieron ganas de preguntarle simplemente: dime 1 de los trabajos que he desempeñado. Pero para no estropear el momento, preferí permanecer calladita) pueda estar aún en paro.
En definitiva y como he dicho antes, que todo esto no sirve para arreglar o dulcificar 38 años aguantandola, pero reconozco que me hará más fácil los otros 20 ó 30 que me faltan.

Un beso, te recuerdo
La Maripili

23 de septiembre de 2013

En algún lugar del sur, 23 de septiembre de 2013

Hola Silvia,
Hoy he aprendido algo.
Me gusta como soy, al menos, cada día me gusta un poco más lo que ya era y esa nueva forma mía de ser que empiezo a "dominar".
Cuando te ocurre una putada como esta tienes dos opciones, ambas válidas, llenar tu tiempo con un exceso de actividades que no te llenan, tan sólo te rellenan, o aceptar la nueva situación, pasar el luto y reconstruirte. Una vez recompuesto, ser capaz de elegir tu nuevo camino con unas bases rehechas y fuertes.
Habrás adivinado que yo soy más de la segunda opción, pero reconozco que la primera es igual o más válida, pero por desgracia, no va conmigo.
Cuando me dejó mi primer novio me corté el pelo y me lo teñí. Él nunca me habría dejado hacerlo y en cuanto pude, lo hice. No me dejaba ir a un sitio u a otro, en cuanto me quedé soltera, fui. No me dejaba ponerme una prenda u otra, después del "no es por ti, es por mi", recuperé con especial ansiedad una cazadora horrorosa negra y flúor que él odiaba.
Ya de mayor he ido afrontando de modo distinto las rupturas pero ha habido una fase que siempre he pasado, el duelo. Ese duelo tan melodramático de lloros y kilos de helado de chocolate, discos tristísimos, películas dramáticas y algún que otro akelarre quemando fotos del intercepto o escribiendo cartas furiosas que nunca llegaría a enviar.
Hay personas que ante una ruptura llenan sus vidas de actividades "extra escolares", vacían el cargador de sus pistolas con tiros al aire que no sirven para afinar su puntería ni tan siquiera como desahogo, porque esos tiros al aire no son más que pequeñas reivindicaciones y como en su base tienen el error, en su fin encuentran su vacuidad.
No negaré que mientras esos practican tiro o aprenden macramé sonriendo hacia afuera, yo permanezco llorando o fustigandome o aburriendo a mis amigos con llamadas. Pero lo que he aprendido ahora es que al menos soy coherente. Estoy jodida, estoy triste, rabiosa y enfadada y así me muestro. ¿Para qué aparentar un bienestar que no siento? ¿Por qué ahogar mis lágrimas? ¿Por qué no reconocer que aún te echo de menos? Son mis sentimientos y como tal, debo respetarlos y defenderlos incluso de mi misma.
Dentro de un tiempo, cuando yo me encuentre mejor, más fuerte, con las bases bien asentadas, tendré tiempo de lamerme las heridas y salir a pasear, conocer gente incluso llegar a considerar a alguno de ellos como amigo, pero ¿por qué ahora si no es lo que me apetece? No quiero salir a andar, no quiero hacer deporte y no tengo ganas de tener amigos, ni siquiera de conocer personas nuevas, no tengo ganas y he aprendido que es igual de lícito que la otra opción.
Sé cuales son mis límites, sé qué es lo que quiero conseguir y sé qué cosas podré hacer o no, a partir de ahí, si me la juego con un tiro al aire que pudiera rebotar o con una actividad extra escolar que acabe con mi carrera por una lesión desafortunada, tendré que aceptarlo.
Hoy me gusto más que ayer, y eso me gusta más.

Te recuerdo,
La Maripili

14 de septiembre de 2013

En algún lugar del sur, 14 de septiembre de 2013

Hola Silvia,
¿Una situación en sí misma puede ser buena o mala? Creo que sí. ¿Una situación puede ser en principio mala y, una vez vividas las consecuencias, creer que fue bueno? Yo siempre he creído que sí y es por eso que suelo arrepentirme o no de mis actos dependiendo de si las consecuencias son malas o buenas.
En la situación actual, he llegado a la conclusión de que estar sola es lo mejor que ha podido pasarme. Me había convertido en alguien dependiente y asfixiante y eso no hay cuerpo que lo resista.
Si preguntas por ahí, todo el mundo te dirá que soy una de las personas más generosas que hayan conocido y tienen razón pero, ¿cuál es la clave de mi generosidad? Tener suficientes "reservas" propias como para poder compartir el resto. A los cristianos nos enseñan que dar lo que te sobra está mal, en teoría, hay que dar de lo que tienes, no de lo que te sobra. En parte es cierto, pero en parte.......si tú no tienes amor por ti mismo, no puedes pedir a los demás que lo tengan por ti. Pueden elegir regalarte una parte, pero no puedes exigirlo. Un bastón nunca sustituye a una pierna inexistente, tan sólo sirve para ayudar.
En el último mes he descubierto que sigo siendo capaz de cuidar de mi misma. Que sigo siendo capaz de vivir la vida que quiero. Que soy una naranja completa, no media naranja.
El otro día me dijeron algo que me pareció lo más bonito que me han dicho en la vida. Lamento mucho no acordarme de las palabras exactas pero era algo así:" eres una de las personas que conozco que tiene y ha tenido más problemas en la vida. Pero también eres una de las pocas personas que conozco con mayor capacidad para reponerse y luchar, y te admiro por eso".
Bueno....yo lo veo así: mi vida no sería más fácil o menos que cualquier otra si no fuera por las decisiones que he ido tomando, quiero decir, si al ver que me enamoraba de un vasco hubiera huido en lugar de irme a vivir allí, ahora mi vida sería distinta. Si en lugar de elegir seguir con el embarazo hubiera abortado, mi vida sería distinta, y si la decisión de venirme a vivir aquí realmente hubiera sido por mi, por buscar una vida mejor, ahora también sería distinto.

En ocasiones no entendemos por qué los demás actúan como lo hacen y somos incapaces de verle el lado bueno a una putada de la vida.
En mi caso, creo que esta ruptura ha sido una de las mayores demostraciones de amor que me han hecho en la vida. La típica frase tan manida de "me alegro por ti" o esa aún mejor "quiero lo mejor para ti aunque sea sin mi" por fin han cobrado sentido en mi cabeza. Siempre he pensado que ese puede llegar a ser el amor más puro que puedes llegar a sentir por una persona, o el más grande e increíble amor que alguien puede llegar a sentir por ti y yo soy una jodida afortunada por llegar a sentirlo.

Un beso, te recuerdo
La Maripili